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parque natural de Candelario

NATURALEZA

ZEPAS DE CANDELARIO

ZEPAS DE CANDELARIO

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2.43. SIERRA DE CANDELARIO

2.43.1. Descripción

El espacio incluye el extremo occidental de la Sierra de Gredos al sureste de la provincia de

Salamanca (unas 7.000 has. en total), limitando con Ávila al este y con Cáceres por el sur. La zona incluye

sierras elevadas (más de 2.000 metros de altitud en la cuerda del Calvitero) con canchales, pastizales montanos

y roquedos calizos, laderas con matorrales, robledales, castañares y repoblaciones de pinos. Los ríos y los

numerosos arroyos existentes mantienen bosques de ribera bastante bien conservados y en ocasiones forman

profundos barrancos. Se incluye un pequeño embalse montano (Las Angosturas) de escasa importancia para

las aves acuáticas. Mucho más interesante resulta la presencia de lagunas y turberas de origen glaciar en las

partes más altas de la sierra. Limita al este con la ZEPA "Sierra de Gredos".

2.43.2. Importancia ornitológica

El espacio tiene interés para un grupo de aves asociadas al matorral bajo, pastizales y roquedos de

alta montaña, entre las que sobresale la población reproductora de Pechiazul. Hay que destacar la importante

población nidificante de Cernícalo Primilla que se encuentra en el borde del espacio.

Especies significativas:

Cernícalo Primilla: Área importante de reproducción en el borde norte del espacio (Béjar)

con 57 parejas nidificantes en 1999. Seguramente pueden localizarse después de la cría lugares de

SALAMANCA

229

Código: ES4150006

Nombre: Sierra de Candelario

Provincia: Salamanca

Superficie: 7.067 has.

Localidades de referencia:

Béjar, Candelario

Hábitats característicos:

Alta montaña, matorrales, pastizales,

roquedos, bosques caducifolios

Especies por las que se declara ZEPA:

Cernícalo Primilla

Otras especies de interés:

Halcón Peregrino, Cigueña Negra, Halcón

Abejero, Agachadiza Común, Pico Menor,

Pechiazul, Tarabilla Norteña, Acentor Alpino

Época aconsejada de visita:

Primavera, verano

Casa del Parque - Centro de visitantes:

No tiene

Otras figuras de protección:

Plan de Espacios Naturales de Castilla y

León (Espacio Natural de Candelario), Zonas

Húmedas Catalogadas (1)

ZEPA de Castilla y León. Sierra de Candelario.

Reparto de hábitats en la ZEPA

Porcentaje relativo de los

hábitats de interés comunitario

Tipos generales de hábitats de

interés comunitario (Anexo I Dir.)

Bosques

Brezales y matorrales templados

Hábitats rocosos

Matorrales esclerófilos

Pastizales naturales y seminatur.

Turberas y zonas pantanosas

Resto de

la ZEPA

Hábitats de

interés comunitario

23,37%

33%

76,63%

18%

5%

25%

18%

1%

230

concentración premigratoria en parajes favorables de alimentación dentro del espacio. La población

nidificante tiene importancia a nivel internacional.

Halcón Peregrino: Área de reproducción con dos parejas nidificantes en el 2002.

Presencia habitual de Cigüeña Negra que utiliza tramos de los cursos fluviales como área de

alimentación, tratándose sobre todo de ejemplares en migración fuera del período reproductor. Entre

las rapaces destaca la observación frecuente de Alimoche, Buitre Leonado, Buitre Negro y Águila Real,

que acuden para alimentarse procedentes de territorios cercanos de cría o bien se trata de individuos

inmaduros en migración o dispersión. Posible nidificación de Aguilucho Cenizo (que sí aparece en paso

migratorio) aunque de forma escasa.

Otras especies del Anexo 1:

Destacan sobre todo las poblaciones reproductoras de Halcón Abejero y Pechiazul. Presencia de

Chorlito Carambolo en migración. Otras especies nidificantes de interés son: Cigüeña Común, Milano Negro,

Milano Real, Águila Culebrera, Águila Calzada, Chotacabras Gris, Martín Pescador, Cogujada Montesina,

Totovía, Bisbita Campestre, Chova Piquirroja y Escribano Hortelano, aunque se desconoce la cuantía de sus

efectivos poblacionales. Posible presencia de Búho Real, Carraca y Collalba Negra.

Otras especies:

Otras especies reproductoras de interés son: Azor, Gavilán, Alcotán, Críalo, Pico Menor,

Golondrina Dáurica, Bisbita Alpino, Mirlo Acuático, Acentor Alpino, Roquero Rojo, Roquero Solitario

y Colirrojo Real. La posible presencia reproductora de Agachadiza Común y de Tarabilla Norteña (que

sería conveniente confirmar) tienen interés biogeográfico a nivel regional. Posible nidificación de

Vencejo Pálido con observaciones en Candelario.

Béjar 1.041 23 14,7

Candelario 6.017 100 85,1

Especie Población Criterios

Especies importantes, con sus poblaciones y criterios de importancia.

Cernícalo Primilla 57 parejas A1, B2, C1

Nombre Hectáreas % del municipio % de la ZEPA

designado ZEPA en el municipio

231

Cernícalo Primilla (Falco naumanni).

Más sobre el Espacio Natural de Candelario

Más sobre el Espacio Natural de Candelario

Castilla y León es un territorio de contrastes donde la riqueza, diversidad y calidad medioambiental han provocado que montañas, valles, lagos, ríos, llanuras, cañones y desfiladeros configuren uno de los espacios 
Panorámica de Fuentes Carrionas, desde lo alto del Pantano de Guardo geográficos más grandiosos de la Península y un escenario que está considerado como uno de los de mayor biodiversidad de Europa.

La extensa orografía castellana y leonesa está configurada por su riqueza de sierras, conjuntos montañosos, cauces fluviales y humedales.
Las cumbres de la Cordillera Cantábrica, al norte, el Sistema Central Ibérico, que delimitan la región por el sur y el este, y los conjuntos galaico-leoneses junto con la penillanura zamorana, en el oeste, encierran una impresionante lista de Espacios Naturales. Puntos en los que la mano del hombre y la calidad paisajística y ambiental han convivido durante siglos.

Se trata, pues, de formaciones de alto valor ecológico donde especies animales y vegetales en peligro de extinción ofrecen al turista paisajes de gran belleza y atractivo. Por tanto, el espacio natural se convierte en el solar ideal para la práctica de las actividades deportivas y el disfrute del senderismo.

 

 


  La diversidad de Espacios Naturales que atesora el territorio de Castilla y León le ha valido destacar en el conjunto de la Europa Occidental como una región considerada con la mayor unidad natural.

Castilla y León entra en la política de protección, que se inicia en el año 1987 en el panorama mundial, cuando se declara en EE.UU. el primer Parque Nacional de la historia: Yellowston. España se unió a esta iniciativa y estableció la primera protección a los parques nacionales en 1918.

En el año 1991 la Junta de Castilla y León afronta el marco legal que permite el amparo, protección y regulación de aquellos Espacios que destacan por su calidad natural. Actualmente, Castilla y León cuenta con 40 Parques Naturales dentro del programa de Parques Naturales de Castilla y León, amparados por la Red de Espacios Naturales, un extraordinario mosaico caracterizado por la diversidad y calidad medioambiental en un territorio donde la montaña, la llanura y la ribera dan asiento a una amplia gama de ecosistemas asociados a la fauna, la flora y, sobre todo, a un entorno donde las poblaciones siguen conviviendo en el mismo Espacio Natural.

La Naturaleza se convierte así en un producto turístico de primer orden que contribuye a recrear un variopinto museo natural lleno de ecosistemas, frondosos valles, fauna y flora autóctona y paisajes y lugares de incomparable belleza. La férrea protección medioambiental de estos parques naturales permite la convivencia del visitante, el lugareño y el entorno natural.


Red Espacios Naturales En Castilla y León, los Picos de Europa, la Sierra de Gredos, el Monte Santiago, los macizos montañosos de la Sierra de La Demanda, las montañas de Urbión o la Sierra de Ancares son, entre otras, las zonas de montaña que entusiasman a los amantes de la naturaleza, el senderismo y los valores medioambientales. Además, bellos lagos, sierras frondosas y cursos de ríos encajonados por la erosión de sus cauces como los Arribes del Duero, Las Hoces del Duratón, el Cañón de Río Lobos o la Yecla configuran parajes de inusitada belleza y singularidad. Por este motivo, la región castellana y leonesa es un destino obligado en la Europa Occidental para disfrutar de un marco natural vivo.
 
  
 
Datos geográficos del Parque Natural de Candelario
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Localización: situado al extremo suroeste de Salamanca. Desde Salamanca por la N-630 a Béjar. desde Ávila por la N-110 al Barco de Ávila y luego C-500. Desde Cáceres la E-803.
Superficie (Ha.): 10.737
Fauna: jabalí y distintas aves rapaces.
Tipo de fauna: acentor alpino, águila calzada, águila perdicera, águila real, alimoche, azor, buitre leonado, conejo, culebra viperina, culebrilla ciega, desmán de los pirineos, eslizón ibérico, eslizón tridáctilo, gato montes, gavilán, gineta, jabalí, lagartija serrana, lagarto verdinegro, liebre, nutria, pechiazul, rana patilarga, roquero solitarío, sapo corredor, sapo partero común, tejón, tritón ibérico, tritón jaspeado, zorro
 Relieve: el modelado glaciar sobre las rocas graníticas ha originado un accidentado relieve.
  Visitable
Vegetación: las zonas más bajas están cubiertas por rebollos y castaños. También crecen encinas y alisos. Las cumbres están cubiertas por pastizales de montaña.
Tipo de vegetación: abedul, álamo temblón, aliso, arándano, avellano, castaño, césped, enebro enano, espliego, fresno, genista, majuelo, matorrales, miembrera, pastizal, pastizal de cervuno, pino albar, pino resinero, piornos, prado de siega, roble melojo, robledal de rebollo, romero, serval, tomillo
 
Información detallada del espacio natural
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Valores
Botánica, fauna, geomorfología, paisaje y el pueblo de Candelario declarado Conjunto Histórico Artístico.
 
  
 
Geomorfología
La sierra de Candelario forma parte del Sistema Central. Constituida por materiales antiguos, granitos de época alpina, con importantes fallas que formaron grandes bloques erosionados en el Cuaternario. Destacan los circos de época Glaciar.
 
  
 
Protección
Iniciado el Plan de Ordenación de los recursos naturales.
 
  
 
Paisaje
Abundantes corrientes de agua por las ladera, cubiertas de vegetación que forman un colorido paisaje. Profundos valles cubiertos de bosques, circos y lagunas glaciares.
 
  
 
Poblaciones que comprende:
Candelario, Puerto Béjar, Cantagallo, Béjar, El Monte, Palomares, La Hoya, Navacarros, Vallejera de Riofrío, Vistahermosa.
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Cascada:
Cascada de Hoya Moros, en la que se puede practicar la escalada en hielo en invierno.
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Deportes:
Senderismo, ciclismo, escalada.
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Diversidad de Espacios Naturales

Diversidad de Espacios Naturales  Espacios naturales
En el conjunto de la Europa Occidental destaca la diversidad de Espacios Naturales que atesora el territorio de Castilla y León, es considerada como la región de mayor unidad natural.
Castilla y León entra en la política de protección, que se inicia en el año 1887 en el panorama mundial, cuando se declara en EE.UU. el primer Parque Nacional de la historia: Yellowston. España se unió a esta iniciativa y estableció la primera protección a los parques nacionales en 1918.
En el año 1991 la Junta de Castilla y León afronta el marco legal que permite el amparo, protección y regulación de aquellos Espacios que destacan por su calidad natural. Actualmente, Castilla y León cuenta con 40 Parques Naturales dentro del programa de Parques Naturales de Castilla y León, amparados por la Red de Espacios Naturales, un extraordinario mosaico caracterizado por la diversidad y calidad medioambiental en un territorio donde la montaña, la llanura y la ribera dan asiento a una amplia gama de ecosistemas asociados a la fauna, la flora y, sobre todo, a un entorno donde las poblaciones siguen conviviendo en el mismo Espacio Natural.

La Naturaleza se convierte así en un producto turístico de primer orden que contribuye a recrear un variopinto museo natural lleno de ecosistemas, frondosos valles, fauna y flora autóctona y paisajes y lugares de incomparable belleza. La férrea protección medioambiental de estos parques naturales permite la convivencia del visitante, el lugareño y el entorno natural.

ESPACIO NATURAL DE CANDELARIO

ESPACIO NATURAL DE CANDELARIO


 

Ficha Técnica   


Provincia :Salamanca
Localización :En el extremo SE de la provincia
Superficie :Término municipal :Candelario, Puerto de Béjar, Cantagallo, Béjar, Navacarros, la Hoya, Vallejera de Riofrío
Núcleos de población en el interior del Espacio :Nº de núcleos de población: 10
Población interior y en Zonas de Influencia Socioeconómica :18.825 habitantes


Vegetación

En líneas generales, la flora de este Espacio Natural es típica de una zona montañosa mediterránea con fuerte influencia atlántica y centroeuropea, con un importante componente endémico. El porte arbóreo del está constituido por robledales de rebollo que conforman el bosque clímax, junto a castañares que se entremezclan con el anterior, y pinares de repoblación, en su mayor parte de Pinus sylvestris, si bien en la zona de Béjar aparecen algunos individuos de Pinus pinaster. Los rebollares ocupan mayoritariamente el piso montano, encontrándose de manera fragmentada a lo largo de la falda de la Sierra; a través de los siglos el robledal ha ido perdiendo terreno a favor de los prados de siega y pastizales, hallando bosques maduros en puntos muy localizados (Dehesa Boyal); próximo a los arroyos, el rebollo se mezcla con diversas especies ribereñas, abedul, aliso, fresno, mimbrera, álamo temblón, majuelos, servales, avellanos, arándanos, ... La sustitución del roble melojo se ha llevado a cabo por su equivalente ecológico, el castaño que ha alcanzado una importante extensión por su madera y su fruto, presentando un sotobosque similar al robledal (piornos, genistas, brezos, ...). El matorral adquiere una considerable importancia diferenciándose el matorral propio del piso subalpino y del piso montano superior a base principalmente de piorno (Cytisus purgans), acompañado de enebros enanos entre otras especies, que puede llegar hasta los 2.300 m. en las laderas septentrionales y a menos altura (2.200 m.) en la vertiente meridional; y el matorral establecido en las zonas degradadas del bosque caducifolio, a base fundamentalmente de brezos formando matorrales impenetrables donde se encuentran también diversas genistas, espliegos, tomillos, retamas, piornos, romero... La orla superior de las cumbres a partir de los 2.100 m., constituye el piso alpino que se caracteriza por la especialización de las plantas que en él viven, en función del medio en que se desenvuelven, así los pastizales de cervuno, los céspedes y trampales junto con los eriales y cascajares alpinos dan idea de la heterogeneidad de este piso, sin olvidar las plantas que crecen entre las grietas de las rocas, canchales o derrubios de origen glaciar.


Fauna

El robledal y el castañar son las unidades ecológicas que cuentan con mayor número y calidad de especies, pero no se pueden olvidar otras zonas. Entre los mamíferos destacar al jabalí, especie en expansión, ginetas y gatos monteses, junto con otros mustélidos están aquí presentes, habitan en grandes troncos, decrépitos y medio huecos de castaños y robles, el tejón y la nutria son cada vez más difíciles de observar, la musaraña bejarana toma su nombre de estas Sierras, donde fue descubierta, el desmán de los Pirineos habita en las partes más altas, los quirópteros son también muy abundantes, sin olvidar el zorro, la liebre, el conejo, etc. En cuanto a las aves, se han detectado más de 100 especies en la zona, mencionar, como más significativas: alimoche, buitre leonado, águila real, águila perdicera, águila calzada, azor, gavilán, roquero solitario, acentor alpino, pechiazul... En cuanto a los anfibios y reptiles resaltar la importancia que adquieren las lagunas endorreicas de las partes altas de la Sierra, donde hay una riquísima presencia de los mismos: tritón ibérico, tritón jaspeado, sapo partero común, sapo corredor, rana patilarga, lagarto verdinegro, lagartija serrrana, eslizón ibérico, eslizón tridáctilo, culebrilla ciega, culebra viperina, ... Todo ello habla de la gran diversidad faunística de este Espacio Natural.


Geomorfología

La Sierra de Candelario forma parte de la Cordillera Central, presentando sus mismas características geológicas y geomorfológicas, así está constituida por materiales antiguos granitos y fue fracturada durante la Orogenia Alpina en bloques, jugando las fallas un papel primordial (Falla de Béjar-Oliva, la que traza el cauce del río Cuerpo de Hombre a través de Béjar, la que separa el macizo de Peña Negra de las cumbres de Calvitero, etc.). El juego de este conjunto de fracturas, condicionó el relieve en grandes bloques, posteriormente remodelados por la erosión cuaternaria, donde destaca la acción glaciar y periglaciar. La más destacable es la acción glaciar donde es de reseñar la variabilidad de aparatos glaciares, en función del grado de evolución de los mismos, así se pueden distinguir nichos de nivación, circos embrionarios (Pinajarro, Espinarejo), circos escalonados (Hoya Mayor, Risco Gordo, Arroyo del Oso) y circos bien desarrollados (La Hoya de Peña Negra, Hoya Moros).


Paisaje

El observador que dirija su mirada hacia esta Sierra se recreará en la majestuosa randiosidad del relieve que culmina en el Calvitero a más de 2.400 m. de altura, donde el material pétreo es el dominante. Por su ladera va trepando la vegetación sustituyéndose las distintas especies con su peculiar colorido, acentuado por las variaciones estacionales que experimenta a lo largo del año, a ello se une la presencia de abundantes corrientes de agua que bajan por sus laderas enriqueciendo la zona.


Valores que justifican su declaración

Espacio de un gran valor natural, tanto desde el punto de vista botánico, faunístico, geomorfológico y paisajístico, sin olvidar la presencia de Candelario, pueblo declarado Conjunto Histórico Artístico por Decreto de 6 de marzo de 1975.


Medidas de protección existentes

El 22 de mayo de 1992 se publicó en el B.O.C. y L. la Orden de 30 de abril de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, de iniciación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Espacio Natural de Candelario. Ordenes de 30 de abril de 1992, de iniciación de los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales de los Espacios Naturales de Candelario, Arribes del Duero, Sierra de Urbión, Riberas de Castronuño y Hayedo de Río frío de Riaza.
(BOCyL 22-5-92)
       
 
 

Programa Parques Naturales de Castilla y León. OBJETIVOS

Programa Parques Naturales de Castilla y León. OBJETIVOS


 

El Programa Parques Naturales de Castilla y León se dirige al conjunto de la sociedad, ya que es
ella en su totalidad la que se beneficia de las ventajas de la existencia de la Red de Espacios Naturales
y también de la mejora de las condiciones de vida en el medio rural, necesarias para la conservación de
esas zonas y de los numerosísimos valores que atesoran.
Por otra parte, es toda la sociedad la que se debe implicar, de una manera directa o indirecta, en
la conservación de la naturaleza y del medio rural. La Carta Magna hace referencia al derecho y obligación
de todos los españoles de mantener la naturaleza. Pero además, la implicación de la sociedad es evidente,
ya que es ella la que recibe los beneficios intangibles de la conservación de los recursos existentes en los
espacios naturales protegidos.
No obstante, en la ejecución del Programa se producirá una implicación más directa, la de los
agentes activos: Junta de Castilla y León, Administraciones Locales, otras Administraciones Públicas,
promotores de turismo rural, asociaciones de productores, programas Leader y Proder, grandes empresas
interesadas en participar en la ejecución del Programa, etc.

A modo de resumen, el Programa Parques Naturales de Castilla y León, concebido con el objetivo genérico que se enuncia en la presentación de este documento, tiene la vocación de convertirse en una referencia básica del desarrollo sostenible para los Espacios Naturales de la Comunidad de Castilla y León, aunando los intereses y esfuerzos de la mayor cantidad posible de actores y sectores de la misma.
Se pueden identificar los siguientes objetivos concretos:

Ø Poner en valor los recursos naturales de la Comunidad de manera compatible y sostenible con su conservación y la evolución de su entorno.
Ø Crear las estructuras precisas para el desarrollo de actividades de uso público y socioeconómicas compatibles con la conservación de la REN.
Ø Facilitar la divulgación, el conocimiento y el disfrute de los valores que ofrece la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, con especial atención a los valores histórico–culturales y a las actividades rurales y tradicionales.
Ø Facilitar la participación social en el desarrollo sostenible de los Espacios Naturales Protegidos.
Ø Fomentar la incorporación de la población local del entorno de los espacios de la REN a la Sociedad de la Información, mediante la aplicación racional de las tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Ø Mejorar la calidad de vida de los habitantes de los espacios mediante el desarrollo de las infraestructuras y servicios básicos necesarios.
Ø Crear empleo y fijar la población local de la Zona de Influencia socioeconómica de los espacios de la REN.

Fuente: JUNTA DE CASTILLA Y LEON

            CONSEJERIA DE MEDIO AMBIENTE

CARTA ESPAÑOLA DE LAS MONTAÑAS

CARTA ESPAÑOLA DE LAS MONTAÑAS

CARTA ESPAÑOLA DE LAS MONTAÑAS

Equipo Redactor

María José Aramburu

Rosa Fernández-Arroyo

José Luis González

g y Revisiones

Eduardo Martínez de Pisón

Javier Donés

Pedro Nico/as

José María cerdá

El documento que se presenta constituye el segundo borrador de la Carta Española de las Montañas y recoge las conclusiones elaboradas en el ‘Seminario sobre conservación y Desarrollo Sostenible en áreas de Montaña’ celebrado en Valsajn (Segovia) el pasado mes de Febrero

 

. CARTA ESPAÑOLA DE LAS MONTAÑAS Preámbulo

Conscientes de que las montañas españolas constituyen una reserva de paisajes, ecosistemas y hábitats característicos que acogen a una vasta diversidad de flora y fauna, una reserva de recursos hídricos, y que además encierran un rico patrimonio cultural e histórico,

En el reconocimiento de la interdependencia del ser humano con el medio ambiente, pero también de la amenaza que para este último constituyen las crecientes presiones causadas por las actividades humanas,

Convencidos de la necesidad de preservar los valores naturales, paisajísticos y culturales mencionados anteriormente, ya que su deterioro o desaparición supondrían una pérdida irreparable, y por el contrario su conservación representa un beneficio colectivo para el conjunto de la sociedad y el reconocimiento de los derechos de las generaciones venideras,

C’onsiderando que las áreas de montaña constituyen el lugar de residencia y el medio de vida de las poblaciones de montaña, y por tanto se ha de tener en cuenta su opinión y favorecer su participación activa,

Ante la necesidad de resaltar que la conservación del medio de montaña constituye la clave para el desarrollo equilibrado y el bienestar de sus pobladores a través de la utilización y el disfrute racional y sostenible de sus recursos, que garantiza, además, la continuidad de los servicios ambientales tangibles e intangibles y de los valores objetivos y subjetivos que representan las montañas para el conjunto de la sociedad,

Convencidos de que la gestión eficaz y la conservación de las áreas de montaña precisan una acción concertada y consensuada de las autoridades estatales y autonómicas, agentes económicos, habitantes de las montañas, visitantes y otros actores implicados, así como de una legislación que las respalde,

Habida cuenta que, la crítica situación ambiental y social de la mayor parte de las áreas de montaña de todo el mundo, llevó a la Asamblea de las Naciones Unidas a declarar el año 2002 como Año Internacional de las Montañas, y de que los procesos de reflexión y debate que se han producido a lo largo del mismo han generado una multitud de encuentros de trabajo, congresos, convenciones y conferencias internacionales, cuyos resultados se han plasmado en todo un conjunto de recomendaciones e informes, citándose como más representativos:

• las recomendaciones e informes elaborados con ocasión de la Cumbre Mundial de Bishkek, celebrada en octubre del 2002 como evento culminante del Año Internacional de las Montañas,

• la Conferencia Europea Preparatoria del Año Internacional del Ecoturismo 2002, y especialmente el informe sobre Ecoturismo en Áreas de Montaña,

• la Recomendación 40 sobre ecosistemas de montaña del Plan de Aplicación de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de 2002, celebrada en Johannesburgo,

• las recomendaciones del Capítulo 13 de la Agenda 21 y especialmente el Convenio de Diversidad Biológica, el Convenio Marco sobre Cambio

Climático, el Convenio de Lucha contra la Desertificación y el Foro Forestal de Naciones Unidas,

• todas las resoluciones y recomendaciones relativas a las áreas de montaña, adoptadas por el Consejo de Ministros, la Asamblea Parlamentaria y el Comité de las Autoridades Locales y Regionales del Consejo de Europa,

• la Recomendación 14 (1995) deI Comité de las Autoridades Locales y Regionales de Europa, la Recomendación 1274 (1995) sobre el borrador

de la Carta Europea de las Regiones de Montaña, de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, y la Recomendación 75 (2000) sobre el borrador del Convenio Europeo de Regiones de Montaña del

Consejo de Europa,

• el Convenio para la Protección de los Alpes de 1991 y sus protocolos,

• el Convenio Europeo del Paisaje de 2000 y los informes resultantes de las posteriores Conferencias de las Partes,

• todos los encuentros y manifestaciones de colectivos montañeros, ecologistas, culturales y sociales que tanto en Europa como en España han

convergido en la necesidad de una protección activa y urgente para las zonas de montaña,

Se declara, como OBJETIVO del presente documento el establecer los principios, directrices y recomendaciones para el diseño de políticas integrales capaces de garantizar la protección de las montañas (preservar sus valores naturales, paisajísticos y culturales) como única vía para garantizar la equidad, el bienestar y el desarrollo equilibrado de sus habitantes, satisfaciendo, a la vez, las aspiraciones, intereses y expectativas espirituales, recreativas, éticas, científicas, intelectuales y vitales del conjunto de la sociedad.

Para este fin, es necesario que las recomendaciones establecidas en la Carta Española de las Montañas se integren de la manera más completa posible en las normativas básica, autonómica y local en materia de conservación de la naturaleza, políticas sectoriales y de ordenación del territorio.

Para el logro de este aspecto, resultará muy conveniente la articulación de un mecanismo de coordinación capaz de garantizar la integración de las recomendaciones de la Carta en la planificación y la gestión, así como, laintegración horizontal de las diversas normativas, mecanismos e instrumentos administrativos y financieros relacionados con la política de montaña.

Por último, y teniendo en cuenta la diversidad, distribución y heterogeneidad de las montañas españolas, parece necesario que las recomendaciones de la Carta se adapten a cada área a partir de estudios de análisis y ordenación territorial y de acuerdo con sus características específicas, garantizándose la eficacia y la proximidad de las condiciones de su aplicación mediante el cumplimiento del principio de subsidiariedad.

Definición para las “áreas de montaña

Dado que las actuales definiciones que se aportan desde la Unión Europea son muy generales, incluyen elementos no aplicables a nuestro territorio o tienen un carácter parcial por su vinculación a sectores o disciplinas concretas, es necesario determinar y aprobar una definición común para las áreas o regiones de montaña, que se adapte a las características peculiares de nuestro país. Este hecho facilitará que cada Comunidad Autónoma pueda delimitar y catalogar estas zonas a partir del conjunto de su territorio, con el objetivo de establecer para ellas políticas concretas y hacerlas efectivas dentro del marco general de su ordenación territorial.

Por tanto, queda pendiente de un proceso conjunto de reflexión la definición para área de montaña, en el entendimiento de que dicha definición debiera estar basada en los términos generales de las que se proponen desde la Unión Europea y los organismos internacionales, adaptándose a los rasgos propios de las montañas españolas e incorporando, en la medida de lo posible, criterios paisajísticos, topográficos, bioclimáticos, socioeconómicos u otros que se consideren significaLíneas Directrices de ActuacWn para el logro de los objetivos

1. Premisas fundamentales para las políticas de montaña

El alto grado de naturalidad y diversidad aún presente en las montañas españolas; la calidad, belleza, exclusividad y significado cultural de los múltiples paisajes de sus valles y cumbres; la originalidad y funcionalidad de sus ecosistemas y el rico legado histórico que encierran sus culturas, representan en su estado de integridad, y en el contexto nacional, europeo y supranacional, el principal activo económico para los pobladores de las montañas y un auténtico valor en alza para el conjunto de la sociedad.

Por lo tanto las políticas de montaña deben tener su base conceptual en la conservación y, en su caso, recuperación de dicho patrimonio, y su objetivo estratégico debe ser la puesta en valor y gestión racional de todos los recursos protegidos, a fin de contribuir a garantizar el bienestar de las comunidades de montaña y el cumplimiento de las expectativas de toda la colectividad.

Las políticas de montaña deben tener en cuenta el papel fundamental de las comunidades montañesas en el mantenimiento de los paisajes y valores naturales y también su dilatada contribución cultural a la riqueza de dicho patrimonio.

En consecuencia, el conjunto de estas políticas debe desarrollarse desde la perspectiva del reconocimiento social de dicho papel prioritario, reconocimiento que debe objetivarse en forma de diversas contraprestaciones que garanticen oportunidades para el bienestar, la dignidad y el pleno desarrollo de las iniciativas de sus pobladores.

Es aconsejable, a tenor de lo expuesto, un esfuerzo de reflexión que conduzca a un enfoque integral de las políticas de montaña de manera que éstas atiendan satisfactoriamente y simultáneamente a los tres elementos clave:

1. conservacíón prioritaria del patrimonio,

2. puesta en valor del patrimonio así preservado como base fundamental para el desarrollo y el bienestar local, y

3. contraprestación equitativa para los pobladores de montaña como reconocimiento del papel que desempeñan en beneficio del conjunto

de la sociedad.

Cada uno de estos elementos o ejes debe debiera cubrirse a través de políticas sectoriales propias, normativas, mecanismos administrativos e instrumentos financieros, que se articularán en forma de planes, programas y proyectos enmarcados en las directrices de las correspondientes políticas de la Unión Europea y que, por racionalidad y proximidad, deben implementarse a favor del principio de subsidiariedad. La eficiencia de este proceso político y la satisfacción de los objetivos será tanto mayor en función del éxito en la participación social, y en la medida en que se logre optimizar la coordinación; se aprovechen las ventajas de la cooperación a través de las sucesivas competencias administrativas (local, comarcal, autonómica, estatal y comunitaría); se logre, también, la integración horizontal de las políticas y demás instrumentos jurídicos, administrativos y financieros; y se incorpore, por último y deseablemente, un mecanismo idóneo de seguimiento y oportuna corrección.

EJE 1: CONSERVACIÓN DEL PATRJMONIO

En las áreas de montaña, el carácter natural y no transformado supone en sí mismo un activo de primer orden, favorecedor de toda ulterior puesta en valor a efectos de un desarrollo económico equilibrado. Esto es así hasta el punto de que las deficiencias en la conservación pueden llegar a comprometer la propia filosofia del desarrollo sostenible, en la medida en que, en las montañas, el deterioro ambiental significa en muchos aspectos una verdadera pérdida de oportunidades. Por lo tanto, garantizar el estado de integridad y naturalidad de las montañas españolas debe constituir la principal prioridad y el objetivo básico de toda política de montaña.

2.- Conservación del medio y los recursos naturales

Todos los valores naturales del medio de montaña (paisajes, especies, ecosistemas, ftinciones) son exclusivos, irrepetibles e insustituibles, y su deterioro o destrucción son irreparables, significan una pérdida definitiva para la colectividad y van en detrímento espiritual, ético y moral de las generaciones presentes y venideras.

Por lo tanto es de la mayor importancia partir del imprescindible esfuerzo previo de conocimiento y catalogación de las diversas categorías de bienes naturales específicos de las montañas para, a continuación, definir localmente los objetivos y prioridades básicas de conservación de estos recursos y por último estudiar, establecer y cumplir los programas más adecuados para cada objetivo.

Dichos programas deben contemplar los distintos elementos relacionados con la conservación —sociales, económicos u otros- y buscar soluciones participadas socialmente. En cada caso, será conveniente la integración de los objetivos individuales (es decir, conservación de recursos concretos, como el agua, la calidad del aire o la biodiversidad) en estrategias para sistemas amplios —por ejemplo, protección de paisajes, cumbres, bosques, cuencas...- de acuerdo con los requisitos de ordenación del territorio. A su vez, la evaluación ambiental estratégica de los distintos planes, programas y proyectos que constituyan factores de afección, será una herramienta de primer orden a la hora de establecer las necesarias actuaciones y valorar márgenes de riesgo y seguridad para la sostenibilidad de la utilización de los recursos.

Allí donde existen, las diversas figuras de protección de espacios representan instrumentos idóneos para la conservación integrada de todos los valores del medio de montaña, a la vez que favorecen un desarrollo económico ambientalmente correcto. Estas figuras deben extenderse a otras áreas en la medida que sus valores así lo exijan.

En los espacios protegidos, las limitaciones del uso público deben estar bien sustentadas en el conocimiento científico de los riesgos, daños y valores existentes, con el objeto de no cercenar de forma arbitraria la necesidad de disfrute y desarrollo de la personalidad de los individuos.

Donde, por diversas razones, no sea procedente la aplicación de las figuras clásicas de protección, es conveniente estudiar y articular otros tipos de sistemas flexibles de protección, que integren eficazmente los objetivos locales de conservación y los compatibilicen con la satisfacción de los intereses del bienestar local.

3.- Rehabilitación de paisajes y espacios de2radados

Los esfuerzos en esta línea favorecen la conexión de paisajes y hábitats, mejoran el aspecto del entorno allí donde las actuaciones urbanísticas, industriales u otras han dejado huellas inadecuadas (canteras, vertederos o el caso muy notable de las abandonadas y ruinosas edificaciones e infraestructuras de represamiento en muchos lagos pirenaicos), crean empleo y ofrecen oportunidades para reconducir parte de la presión turística y descargar lugares ambientalmente frágiles. En el mismo sentido de protección, rehabilitación de hábitats y paisajes, y lucha contra la erosión, cobran gran importancia los programas de reforestación y recuperación de bosques, restauración de sotos y comunidades de ribera, reforestación de tierras agrícolas abandonadas y otras formas de recuperación de la cubierta vegetal.

4.- Conservación y mejora del patrimonio arcluitectónico

El inventariado, catalogación, rehabilitación y realce de edificios y demás elementos arquitectónicos en pueblos y entornos rurales crea empleo y tiene sentido y potencial como recurso cultural, económico y de identidad local. Del mismo modo, la recuperación de calzadas, puentes, acueductos, y el mantenimiento de vías pecuarias y antiguos caminos juega un papel relevante en la funcionalidad del territorio, la calidad y diversidad paisajística, suponiendo recursos potenciales al servicio de aspectos recreativos y culturales para locales y visitantes. 5.- Recuperación del legado cultural

Una parte importante del conocimiento histórico y el saber tradicional, derivado de antiquísima observación y acumulación de experiencia, está sólo en las mentes y memorias de personas ancianas, de ahí que su recuperación sea. al mismo tiempo, un placer cultural, un merecido homenaje a sus depositarios y un tributo a las generaciones presentes y venideras. Una razón añadida para la incorporación de estos conocimientos al acervo común es, con frecuencia, su interés científico como antiguos y válidos registros ambientales, climáticos o etológicos, mientras que en otros casos constituyen un capital para su revalorización económica, como sucede con las músicas, bailes, festejos, oficios y artesanías.

EJE 2: VALORACIÓN DEL PATRIMONIO PRESERVADO, COMO BASE PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO

El conjunto de actividades (multiactividad) que propician la utilización diversa, sostenible y racional de los distintos recursos patrimoniales, debe favorecerse institucionalmente, a través de varios mecanismos, como opción económica realista -y con frecuencia exclusiva- para el desarrollo equilibrado en las áreas rurales y en particular para las zonas de montaña.

6.- Agricultura, ganadería y sector forestal

Existe un amplio consenso en destacar la agricultura y ganadería de montaña (producción de alimentos, mantenimiento y protección de paisajes y ecosistemas), y la vinculación del ser humano a su entorno, como premisas necesarias para el mantenimiento del equilibrio territorial. Este reconocimiento técnico, extendido al contexto institucional y social, concede vigencia renovada a oficios antiguos cuya viabilidad actual requiere, no obstante, investigación, actualización, organización, flexibilidad y apoyo.

Por su rentabilidad y potencial comercial tiene sentido aunar la innovación tecnológica con la recuperación y revalidación de conocimientos, técnicas, especies ganaderas y variedades de cultivo localmente eficientes. Pero igualmente cobra un nuevo interés económico la producción de calidad (agricultura ecológica e integrada, carne y lácteos de calidad), el cultivo de especies aromáticas, medicinales y planta autóctona para jardinería y rehabilitación de espacios degradados, y asimismo la adaptación, implantación y aprovechamiento de sistemas agroforestales nuevos y tradicionales.

Para todos los usos citados es importante la gestión ecocompatible de los subproductos agroganaderos, la modernización y adecuación de la maquinaria agrícola, y la innovación tecnológica y corrección de impactos para instalaciones ganaderas, pistas forestales y sistemas de riego. Todas las actividades agroganaderas en montaña deben realizarse según criterios de elevada calidad ambiental, y deben recibir apoyo institucional en función de tres conceptos clave: primero, compensación permanente por desventajas naturales. segundo, pago directo que retribuya e incentive la conservación del medio y los servicios ambientales; y tercero, medidas de tipo temporal para la realización de mejoras estructurales que contribuyan a reducir las desventajas materiales y a minimizar el impacto ambiental de las actividades.

En el ámbito forestal, la gestión sostenible de los bosques debe valorizarse a través de certificaciones oficiales de calidad, y complementarse con un mejor aprovechamiento de los numerosos productos forestales infrautilizados, como leñas, hongos, miel, piñas, frutos o resinas.

Complementariamente, es ftmndamental institucionalizar e implantar socialmente un auténtico mercado de servicios ambientales que valore y retribuya los servicios prestados por los propietarios y gestores de los bosques en aspectos tan prioritarios como el control de la erosión, la prevención de incendios o la protección de la biodiversidad y de los ciclos del agua.

7.- Sector industrial

Por su idoneidad para el medio de montaña, debe incentivarse y desarrollarse la pequeña industria sostenible relacionada con la artesanía y la producción de calidad, con énfasis en la revalidación y recuperación de los oficios y técnicas tradicionales: tallas, forja, canteria, carpintería, cerámicas, tejidos y otras formas del saber artesano. En el mismo sentido conviene promocionar de diversas maneras la transformación de alimentos derivados del sector agrícola y ganadero, para la producción de alimentos y especialidades gastronómicas locales como embutidos, vinos, quesos, conservas, hierbas, esencias, miel o aceites.

8.- Turismo

En la medida de lo posible, es preciso evitar el dominio y dependencia del turismo en el contexto del desarrollo rural, y en cambio conviene aprovechar las ventajas de asociarlo a otros sectores económicos, de modo que el turismo se apoye en, y a la vez rentabilice, los sectores primario e industrial. El objetivo es que el turismo y sus servicios asociados sean sólo una parte de la multiactividad económica en las áreas de montaña, a fin de evitar la sobrecarga ecológica del territorio, y también para asegurar una cierta autonomía y estabilidad en caso de fluctuaciones en la demanda u otras eventualidades. En este sentido, también la desestacionalización ayuda a mantener a lo largo del año las rentas de los habitantes. En las zonas de montaña es especialmente importante basar la oferta turística en la calidad y la excelencia del entorno, el patrimonio y los servicios, como mecanismo para, recíprocamente, adquirir cierto poder de selección sobre el tipo, cantidad y grado de sensibilidad de los visitantes. Esto significa un beneficio mutuo para receptores y foráneos, y también menor presión sobre el medio natural, soporte de la actividad.

Para las comunidades de montaña, resulta ventajoso planificar y desarrollar racionalmente el turismo, asociándolo, por ejemplo, a las redes europeas de ecoturismo responsable, que demandan alta calidad ambiental en los servicios

-entorno, alojamiento, calidad de! patrimonio cultural y urbanístico, alimentos, infraestructuras, gestión y equipamientos urbanísticos-, lo que, a su vez, estimula la multiactividad, redunda positivamente en la calidad de vida, la autoestima y la sensibilización de la población receptora y limita la masificación.

Por el contrario, otras variantes turísticas asociadas con actividades de alto impacto ambiental, como son las estaciones de esquí o la construcción y uso comercial de teleféricos, provocan proliferación urbanística desordenada, masificación estacional, diversas formas de degradación del medio, monopolio económico y, en general, por varias razones, una elevada pérdida de calidad en el entorno y también de calidad de vida para los habitantes habituales de la zona.

9.- Actividades innovadoras

La necesidad de garantizar la viabilidad económica, pero también ambiental, de los procesos locales de desarrollo, hace que sea fundamental basarse en cuidadosos estudios de análisis territorial con el fin de explorar y establecer posibilidades nuevas para la valorización sostenible de los recursos, especialmente en el caso de las áreas de montaña más castigadas por la especulación y la explotación turística, y en el otro extremo, en las zonas más críticamente marginadas y desfavorecidas.

Corresponde a las instituciones encauzar, coordinar e incentivar las iniciativas privadas, o bien apoyarlas allí donde ya sean activas y, asimismo, tomar en consideración y movilizar las diferentes vías de financiación apropiadas para las diferentes fases de su puesta en marcha.

Por motivos de coherencia con las necesidades de conservación, pero también en función de la tendencia en las preferencias sociales, es muy apropiado explorar toda la gama de recursos infrautilizados que pueden asociarse a un turismo de tipo netamente cultural, incluyendo la promoción de estancias docentes, formativas y de especialización en diversas ciencias, artes, técnicas o antiguos oficios, así como los campos de trabajo y estudio, los circuitos y rutas temáticas y paisajísticas, o incluso la valorización de actividades tradicionales abandonadas (ejemplo:

museos de la minería). Otro ámbito para el desarrollo radica en el soporte logístico y técnico para las actividades científicas y de investigación aplicada, por ejemplo a través de la creación de redes de centros de estudio en diversos campos y programas (biología, hidrogeología, tecnología agraria, energías alternativas, ahorro de recursos, prevención de riesgos naturales y seguimiento del clima, etcétera) cuyos resultados y desarrollos pueden exportarse o ponerse al servicio de otras áreas problemáticas.

Asimismo, la rehabilitación del patrimonio cultural, de espacios degradados y ecosistemas alterados, la reforestación o la recuperación de especies, e incluso la integración de grupos sociales minoritarios y desfavorecidos, constituyen otros tantos campos de acción aptos para la formación de especialistas y para la creación de empresas de servicios que pueden radicarse en áreas de montaña o incluso ser imprescindibles en ellas.

10.- Desarrollo urbanístico

Infraestructuras turísticas y segundas residencias suelen estar muy presentes en la mayor parte de las zonas de montaña. Con objeto de minimizar su impacto sobre el paisaje, los recursos naturales y en definitiva la calidad de vida de sus pobladores, es fundamental establecer una planificación de calidad basada en la autolimitación racional, la ordenación del suelo y el control de la especulación, junto con la armonización arquitectónica de las nuevas construcciones con respecto a las tradicionales y a las características del entorno, evitando la dispersión urbanística y el consumo injustificado de suelo.

Los desarrollos urbanísticos nuevos deben supeditarse a las infraestructuras y servicios existentes, sin sobrepasar la capacidad de carga local y utilizando en lo posible el patrimonio arquitectónico y cultural ya existente.

En el mismo sentido, es de gran importancia procurar una adaptación al confort moderno sin menoscabo del legado de la arquitectura rural, para lo que deben establecerse y seguirse patrones o guías arquitectónicos basados en los elementos propios de cada hábitat rural.

11.- Agua y Energía

La calidad y disponibilidad de las aguas superficiales y freáticas, como recurso imprescindible para el mantenimiento de las comunidades biológicas, para las poblaciones de montaña y también para el uso humano en el llano, debe ser en todo momento una prioridad. Es preciso incluir en este cómputo las aguas retenidas en zonas de cumbres, glaciares, aguas kársticas y capital hídrico de suelos forestales. Es prioritario prestar una atención especial a las alteraciones del recurso ya desde las zonas de alta montaña, en las que las instalaciones de alojamiento turístico y esquí constituyen un importante potencial de contaminación y detracción.

Asimismo, y por razones ecológicas, paisajísticas, fhncionales, económicas y de seguridad humana, es de la mayor importancia la conservación de los tramos altos de los ríos y el control de la erosión, evitando infraestructuras, represamientos y canalizaciones injustificadas.

En cuanto a la energía, las poblaciones montañesas deben poder beneficiarse de modo preferente de las instalaciones locales de producción hidroeléctrica. En otro orden de cosas, es apropiado el establecimiento de políticas de descentralización energética que incentiven la instalación doméstica y colectiva de energías renovables, así como la incorporación de criterios de protección del paisaje y los hábitats en todos los proyectos energéticos para entornos de montaña.

EJE 3: CONTRAPRESTACIONES A LA POBLACIÓN LOCAL

El principio de equidad social ante las desventajas naturales que impone la montaña a sus pobladores, así como el reconocimiento de los beneficios que el llano y el conjunto de la sociedad obtienen de las montañas, a menudo como consecuencia de buenas prácticas y también de restricciones de usos por parte de sus pobladores, deben plasmarse a través de un amplio abanico de mecanismos de compensación, indemnización, incentivación, apoyo estructural y promoción, en el entendimiento explícito de la necesidad de solidaridad social y especialmente del liderazgo, consenso y participación local en todos los procesos de protección, planificación y gestión de las zonas de montaña.

12.- Servicios públicos y sociales

Es de la mayor importancia garantizar los servicios básicos en condiciones que deparen bienestar y calidad de vida para los pobladores y al mismo tiempo contribuyan a la conservación de paisajes y recursos naturales, asuman el impacto ambiental y mejoren la capacidad de carga local de acuerdo con las necesidades de acogida de una actividad turística racional y en equilibrio con el medio.

Este requerimiento implica el apoyo institucional y la coordinación con los colectivos y autoridades locales para crear o mejorar:

- Servicios de suministro eléctrico, depuración de aguas residuales, separación y gestión de residuos, y pavimentación de las vías públicas, de

modo acorde con el entorno arquitectónico tradicional. - Servicios públicos básicos destinados a la asistencia sanitaria, educación, comunicaciones y nuevas tecnologías, transporte, entretenimiento y deporte.

- Servicios de apoyo social: guarderías, asistencia a la tercera edad, apoyo a mujeres y jóvenes e integración de inmigrantes, incluyendo los necesarios

servicios locales de información y fadilitación administrativa.

13.- Educación y cultura

Las necesidades locales en materia de información, educación, formación profesional, sensibilización ambiental y derecho a la cultura, en condiciones de igualdad con el resto de la sociedad, implican la creación o adecuación de infraestructuras y programas formativos destinados a las siguientes materias:

- Profesiones vinculadas a la actividad económica en la montaña

(agricultura, gestión ganadera, gestión forestal, artesanía, elaboración y

comercialización de productos de calidad, hostelería, gestión turística e

idiomas, guías e informadores, monitores de deportes y educación

ambiental, técnicos en patrimonio arquitectónico y artístico, técnicos en

gestión ambiental, técnicos en rehabilitación de áreas degradadas, etc.)

- Educación ambiental, conocimiento y protección del medio de montaña y conservación de los recursos.

- Formación destinada a la gestión del desarrollo sostenible en el ámbito rural.

- Nuevas tecnologías de la información, y especialmente sus aplicaciones profesionales.

14.- Transporte y comunicaciones

Por razones de equidad social y equilibrio territorial es necesario combatir el aislamiento de las áreas de montaña, y articular apoyo institucional para:

- mejorar las redes viarias de acuerdo a las necesidades locales, favoreciendo la conexión con las redes principales, evitando la construcción de nuevas pistas y carreteras en áreas de dominio natural y alta montaña, debido a sus repercusiones adversas para la conservación de estas zonas de alta fragilidad ambiental y para la calidad de sus paisajes. Así mismo, adecuación de las infraestructuras lineales existentes para evitar fragmentación de hábitat y mortalidad de especies silvestres.

- mejorar los sistemas de transporte público y promocionar su utilización por locales y visitantes,

- facilitar el acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación y a las oportunidades que comporta. 15.- Bienestar local

La creación de oportunidades para el desarrollo económico en áreas de montaña debe realizarse evitando sus efectos adversos para la tranquilidad, el bienestar e incluso la propia sostenibilidad económica de la vida de sus habitantes, como sucede allí donde el desarrollo de tipo especulativo produce encarecimiento de los precios del suelo, la vivienda y el coste de la vida para la población local.

Igualmente deben evitarse situaciones relacionadas con la estacionalidad, deficiente gestión y escasa idoneidad del turismo masificado estival o de la nieve, como es el caso de muchos de los enclaves más promocionados de la montaña española y numerosas comarcas alpinas europeas, en las que problemas como la congestión, el tráfico, las dificultades de aparcamiento, la contaminación, las basuras, el caos urbanístico y el permanente estado de obras alteran la calidad y el normal desarrollo de la vida diaria para las comunidades locales.

Asimismo, las instituciones deberían simplificar los trámites administrativos vinculados a la transmisión de tierras y al ejercicio de la multiactividad, así como facilitar el asentamiento e integración de familias exógenas especialmente en áreas despobladas y de población envejecida, evitando la especulación ligada al suelo, llegando a acuerdos para la utilización de viviendas desocupadas e incentivando el equilibrio de los sectores económicos para impedir la excesiva dependencia de los servicios en detrimento de lo agrario.

16.- Promoción, apoyo medidas económicas y sensibilización

Un mecanismo bien consensuado de apoyo institucional y social es la designación oficial y adecuada regulación de etiquetas o marcas de calidad montaña, aplicables a alimentos, maderas, artesanía u otros productos, y que cumplen la doble misión de promocionar económicamente estos territorios y al mismo tiempo realzar la viabilidad de los sistemas de gestión y desarrollo respetuosos con el medio.

Determinadas ayudas directas o cofinanciadas son de interés para promover actuaciones de conservación de hábitats y especies por parte de propietarios de explotaciones u otros agentes sociales. También, la canalización de incentivos económicos en forma de medidas compensatorias, medidas agroambientales y otros fondos comunitarios favorecen el mantenimiento de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales y su compatibilización con otras diferentes.

Del mismo modo, la asistencia técnica y el apoyo a las iniciativas locales, a las fórmulas de trabajo cooperativo, a la gestión turística y a la comercialización de productos constituyen un impulso favorable que debe ejercerse desde las instituciones con el objetivo de creación y mantenimiento de empleo, sin olvidar, en aquellos casos en que resulte conveniente, la incentivación de la contratación de Por último, tiene especial relevancia llegar a acuerdos consensuados para limitar el consumo excesivo del recurso valioso que es el suelo de montaña. Así, es conveniente desincentivar las operaciones urbanísticas y de recalificación de suelos como fuente de recaudación para los municipios, instituyendo a cambio otras vías de soporte financiero ambientalmente coherentes y con un sólido fundamento ético, como son los pagos directos o ecotasas indirectas en concepto de retribución por servicios ambientales prestados al conjunto de la sociedad; por la calidad ambiental de los productos ofertados, o como compensación por el coste ambiental de la construcción y del turismo.

El correcto entendimiento de la necesidad de estas medidas y de los beneficios que de ellas se derivan es fundamental para su aceptación, asunción y cumplimiento por parte de todos los sectores de la sociedad, y los beneficios y retribuciones deben ser, por razones obvias, especialmente generosos y evidentes para los colectivos locales. De ahí la importancia, por una parte, de actuaciones adecuadas en materia de información y sensibilización para los diferentes sectores implicados. Y por otra, es preciso aunar el esfuerzo político, la reflexión pública y la coordinación institucional a fin de elaborar un nuevo enfoque económico para la conservación de las montañas, que contabilice y compense sus muchas externalidades positivas, y logre sacar el máximo partido a todas las vías de financiación disponibles.

17.- Investigación

En lo que concierne a la protección y la gestión de las montañas, la investigación debe entenderse como una herramienta integradora fundamental que, en primer lugar, ha de aportar bases para la comprensión de la complejidad existente en el funcionamiento de los ecosistemas de montaña, en los ciclos de los recursos y en las históricas interacciones del ser humano con el medio. En segundo lugar, debe acometer el seguimiento científico de los procesos actualmente en curso, incluyendo, entre otros, los efectos de la creciente presión antrópica o del cambio climático en las montañas. Y en tercer lugar, ha de aportar elementos de juicio para la corrección de los efectos no deseados y para orientar la adecuada planificación, a medio y largo plazo, para las políticas económicas, ambientales y sociales en las regiones de montaña.

Para ello, es imprescindible una planificación de la investigación que incluya la determinación de los métodos científicos y los descriptores más adecuados en cada uno de los campos, y en consecuencia un desarrollo coordinado de las actuaciones planificadas.

También en el desarrollo de la investigación debe otorgarse un papel participativo a los pobladores de las montañas, y ello por varias razones, entre ellas: por una parte, el aspecto práctico de las múltiples oportunidades de formación, cualificación y empleo local, especialmente entre los jóvenes. Asimismo, por sumano de obra local. importancia para la toma de conciencia local en cuanto al papel fundamental de las montañas para el conjunto de la sociedad. Por último, los profundos conocimientos del medio que aún detentan los colectivos más genuina y afectivamente arraigados a las montañas, razón que otorga un gran peso a su integración y colaboración en todos los campos -cultura, historia, medio ambiente, gestión de los recursos, prospectiva y previsión de futuro- de la investigación en las áreas de montaña.

18.- Una propuesta de coordinación: el observatorio o red de soporte para las áreas de montaña

La necesaria conjunción de criterios, voluntades y normativas, así como la coordinación de las competencias políticas destinadas a favorecer la conservación y el desarrollo equilibrado para el conjunto de los territorios de montaña, podría promoverse, por ejemplo, mediante la creación de un Observatorio o Red de ámbito estatal destinado al soporte de las áreas de montaña, cuyos cometidos y funciones podrían ser los siguientes:

En una primera fase, promover el diálogo conjunto y el debate técnico con las administraciones territoriales para, a) unificar los criterios generales más adecuados para la creación de una política homogénea para las montañas españolas, basada en la conservación de los recursos y en la valorización sostenible de esta conservación; b) estudiar y coordinar los instrumentos normativos y financieros más adecuados; c) fijar estándares de calidad y umbrales no admisibles de impacto ambiental y social para estrategias, planes, programas y proyectos, filtrando aquellos proyectos que no debieran recibir cofinanciación comunitaria; d) incorporar técnicas y modelos de eficacia probada en otras regiones de montaña europeas.

En una fase siguiente, y a partir de dicha coordinación de ideas y principios, establecer una red territorial de centros de orientación técnica de ámbito autonómico o comarcal, cuya misión consistiría en favorecer las iniciativas locales para el desarrollo sostenible y de impulsarlas allá donde falten. Para ello, cada uno de estos centros tendría que contar en primer lugar con técnicos especialistas en análisis del territorio, que trabajando conjuntamente con las autoridades, organizaciones y otros actores locales consigan los objetivos de:

Detectar las claves de la organización y dinámica del territorio.

• Identificar y evaluar los recursos existentes

Conocer las potencialidades y los obstáculos

Prevenir los riesgos

• Aprovechar las oportunidades

• Formular propuestas de ordenación y diseñar estrategias de

intervención localmente específicas, económicamente viables y

ambientalmente adecuadas (Planes de Desarrollo Local, Agendas

locales) Proponer el desarrollo de proyectos concretos

En fases posteriores, y una vez formuladas las voluntades locales en forma de un proyecto consensuado de futuro, la misión de la Red u Observatorio de centros u oficinas comarcales consistiría en ofrecer apoyo en todos los pasos sucesivos del proceso, lo que incluiría ceñirse al guión marcado por lo establecido en el análisis territorial para, por ejemplo,

• facilitar formación a Agentes de Desarrollo Local designados por cada comunidad para que sirvan como “equipo puente” entre la Red y la

comunidad local,

• aportar (o formar) facilitadores para todos los pasos de los procesos de participación encaminados a conseguir pactos operativos (entre actores, autoridades, etcétera) que sienten las bases para cada Plan de Desarrollo Local,

• catalizar ayudas, trámites y soluciones técnicas para todo el necesario

desarrollo posterior (infraestructuras y servicios, formación, fomento de

las profesiones de montaña, creación de empleo, promoción local y

etiquetas “montaña”, apoyo a la autoorganización, etcétera)

• Seguimiento de los procesos locales mediante la caracterización de los descriptores ambientales y socioeconómicos, a través del desarrollo de sistemas de investigación destinados a la optimización permanente de los procesos, con integración de los modelos satisfactorios y corrección y encauzamiento de los efectos ambientales o sociales no deseados.

PARQUE NATURAL DE CANDELARIO

PARQUE NATURAL DE CANDELARIO


SIERRA DE CANDELARIO

Descripción del núcleo montañoso que constituye la culminante cima de la corpulenta y elevada sierra de Candelario, prolongación de la de Gredos, correspondiente a la cordillera Carpeto Vetóníca, del grupo central de nuestro sistema orográfico español.

Por D. Francisco Rico y Sánchez


 
  La sierra alta de Candelario, que es el límite de las provincias de Salamanca, Avila y Cáceres, confina por el Norte con la provincia de Salamanca; Este y Sur con las de Avila y Cáceres, y Oeste con Salamanca; su dirección es de Norte a Sur, cruzando en este sentido el término de Candelario; radica y pertenece, por su parte occidental, a la jurisdiioción territorial de la pintoresca y expresada villa; constituyen su demarcación las parcelas de terreno denominadas vulgarmente con los diferentes nombres de agostaderos, hechos, veraniles o dehesas de verano siguientes:
Cardosa, Hoya Mayor, Rincón, Huyuelas, Hoya Moros, Collado de las Vacas, Hoya de! Tejo y Somera Canchito.
Estos agostaderos o veraniles se aprovechan en el estío con las diferentes especies de ganado vacuno, lanar, cabrío y caballar, que apacentan las extensas praderas naturales y monte bajo de sus valles, collados y laderas.
Por sus elevadas mesetas, congeladas cúspides de nieves perpetuas, escabrosas cumbres, abundantes manantiales que brotan de sus entrañas formando impetuosos torrentes, cristalinos ríos, bulliciosos y murmuradores arroyuelos y fuentes frigidísimas y transparentes, hacen que sea esta sierra la cadena de montañas más importante de la provincia, y que, por su extraordinaria elevación sobre el nivel del mar, se la considere también como una de las más gigantescas y nevadas cordilleras de la Península Ibérica.
La vegetación en tan incultas, agrestes y heladas parameras, es sumamente escasa y casi nula, por el excesivo y constante frío que en sus calvicies reina, impropio por su clima y compo sición química y agrícola del terreno, para poder subvenir a las necesidades, nutrición y desarrollo del vegetal; no obstante esto, en sus vertientes o faldas crece espontáneamente la velesa (Plumbago Europea), digital purpúrea, dedalera, gualdaperras o vitori a (Digitalis purpúrea) hortiga moheña o meña (urtica Urens), tomillo salsero (Thimus Zigis), tomillo cabezudo o de bola blanca (Thimus), tomillo común o de bola morada (Thimus vulgaris), barba de chivo o cabruna (Tragopongo pratense), espadaña o masiega (Thifa latifolia toxo o toixo (Spartium Spinosum), y las llamadas en el país yerba cervuna, cerrillo, alambrillo, horaga o joraga, bereco, trébol encarnado, blanco y amarillo, ajedrea silvestre, juncos, helechos, helechillos, gatunas o gatuñas, escobas de sierra, escobas negrales, escobas amarillas, retamas, v y brezos.
La fauna está representada en los cuadrúpedos por el lobo y la zorra; en los volátiles por el águila real, buitre, milano, alcotán, cuervo, cernícalo, grajo y, en general, por toda alase de aves de rapiña que viven y anidan, con preferencia a otros sitios, en las más escarpadas, solitarias y eminentes cadenás de montañas del Universo; también se encuentran en aquellas apartadas regiones la perdiz, tordo de sierra, sarnosillos , penatitas, engañapastores y alguna otra especie, aunque escasa.
Los ‘peces, anfibios, y reptiles, tienen su representación en la trucha, culebra de agua, rana, sapo, salamanquesa víbora común, resno, culebra verde, amarilla, alacrán, lagarto, etc.
El proto de la mineralogía es el granito, compuesto de cuarzo, feldespato y mica, elementos primordiales de las más antiguas y elevadas montañas del globo, y del cuarzo, cuyos componentes y elementales principios son los más importantes de que consta el granito, constituyendo la base mineralógIca de esta corpulenta y prolongada cordillera; en tan desiguales accidentados y escabrosos sitios, y en la parte inferior de sus moles graníticas, con especialidad en los cimientos a base de tan culminante montaña y en los espacios en donde haya podido tener lugar la superposicon o sustracción de capas por aluviones, desprendimientos o trastornos geológicos, se evidencian terrenos primordiales, binarios, ternarios y de acarreo o transición, rocas graníticas, cuarzosas, feldespatianas, micáceas, silíceas, etc.

Una vez descritas con la peculiar rusticidad del Hijo de la Montañas la escasa fauna, flora y mineralogía de las altas sierras de Candelario, procede ocuparse de la hidrología o descripción de los principales ríos, arroyos, fuentes y manantes, que por su abundante caudal o excepcionales condiciones tengan adquiridas celebridad y fama en el país, aprovechando al mismo tiempo la ocasión de hacer una relación detallada y minuciosa de las particularidades que encierra cada una de las parcelas o porciones de terreno denominadas agostaderos, hechos, veraniles o dehesas de verano, que constituyen la totalidad de la sierra de Candelario, por radicar en su término jurisdiccional, las cuales se han designado anteriormente y se conocen con los nombres de Cardosa, Hoya Mayor, Rincón, Huyuelas, Hoya Moros, Collado de las Vacas, Hoya del Tejo y Somera canchito.
Cuatro ríos importantes descienden del núcleo montañoso denominado sierra de Candelario, los cuales, si no son célebres por el caudal de su corrientes, significan veneros de riqueza industrial y agrícola para las demarcaciones o puebslos que en sus discursos recorren:
Candelario, Béjar, Hervás, Aldeanueva del Camino y otra infinidad de alquerías, aldeas, pueblos, villas, ciudades, etc., son deudoras de grandes beneficios materiales, industriales, agrícolas e higiénicos a la bienhechora influencia del líquido elemento.
Estos cuatro colosos de la industria, de la agricultura y de la higiene, son conocidos en la comarca por los nombres de Navaluenga o Navalegua, rio del Medio o de la Cuesta, Cuerpo de Hombre y Valozanio; los ríos Navalengua y del Medio se unen al Cuerpo de Hombre en el sitio designado con el nombre de Charco de las Yuntas o Juntas, y desde aquel instante pierden sus nombres para llevar el de Cuerpo de Hombre; el río Valozano, al abandonar el término de Candelario y penetrar en la jurisdicción de Hervás, cambia de denominación, cono ciéndosele por Santi-Hervás.
Conocidos los nombres de los cuatro ríos precedentes, nos ocuparemos del sitio de su nacimiento respectivo, a medida que se vayan describiendo las parcelas en que se tienen su origen; éstas son los agostaderos que se describen a continuación:
Cardosa.—La Cardosa es el agostadero más septentrional ‘de la sierra alta de’ Candelario; limita por Norte con Navacarros, Sur con Hoya Mayor, Este sierra de la Zarza y Oeste te rrenos de Candelario; la constituyen por su parte superior dos anchurosas praderas naturales llamadas Cardosa y Vaidesancho; la primera descansa muellemente sobre un collado inmediato al límite de Hoya Mayor, fluyendo en su dilatada pradera la fresca y abundante fuente de su nombre; la segunda, o sea Valdesancho, tiene su asiento en plano inclinado, próxima al canchal del Risco Gordo y no muy distante del Risco del Aguila; de la licuación del ventisquero de su nombre fluyen las primeras aguas, que deslizándose por su extenso y magnífico regajo dan origen al río de Navalengua o Navaluenga, al que se unen diferentes fuentes y arroyuelos, que acrecentan su caudal; a su extremo Norte, y deslindando con la Sierra de Navacarros, se eleva en pináculo la Peña de la Laiz, célebre por las imponentes y temerosas tormentas que de aquella parte proceden, acompañadas generalmente de ruidosos truenos y deslumbradores relámpagos; en el medio de su falda se encuentra la fuente del Puchero; como sitios notables, además de los expresados, consignaremos el Hoyito Palomero con su majada de pastores, Garamando y Redondo con sus afluentes, por cuyos sitiøs atraviesa el camino de los pueblos serranos y Zarza Tremedal. En sus vertientes y faldas crecen escobas ‘de sie rra, brezos, tomillos, corrillos, cervunos, horagas y alambríllos.
Hoya Mayor.—Hoya Mayor ‘consta de varios valles, hondonadas, hoyas y bochados, separadas naturalmente por lomas, cubiertas a trechos por escobas merinas o de sierra, horagas, alambrillos, cerrillos, velesas, barba de chivo, toixos, helechillos, etc., en otros desnudos de vegetación y coronadas sus crestas de peñas, risqueras, barrancos, profundos ventisqueros de nieves perpetuas y precipicios; las hoyas o valles que merecen particular mención, son las de Hoya Mayor, Siete Veneros, Hoya del Cuco y Regajo Llano.
Siete Veneros, cuyo ‘nombre procede de fluir en su pradera siete manantiales, ocupa una hoyada u hondanada, guarnecida en verano de fresca y abundante yerba; separa Siete Veneros ‘de Hoya Mayor una cuerda o barrera de montañas que se interpone.
Hoya Mayor, o sea la hoya propiamente dicha, de cuyo extenso valle y ‘magnífica prardera recibe nombre el agostadero que nos ocupa, es sin duda alguna ‘la más importante del mismo; de sus eminentes ‘cumbres brotan las primeras aguas que dan origen al río del Medio o Cuesta, a las que se unen multitud de las segregadas por diversidad de fuentes, queocupan la parte media de la hoyas por existir grandes porciones de terreno pantanoso, que destilan sin cesar raudales de agua; el río del Medio, después de congregársele gran número de arroyos, fuentes y ‘manantes, discurre entre peñas por la parte oriental de Candelario y muy próximo a dicha villa; otra toma o barrera montañosa separa Hoya Mayor de Hoya del Cuco, encontrándose en La parte superior de esta última hoya Regajo Llano, pradera pantanosa, cu bierta en parte de amarillentas y diminutas espadañas rodeada de sierras, y de cuyo centro procede el arroyo de Hoya del Cuco, deslizándose bulliciosamente sobre ‘pavimentos roquizos, despeñándose en lanchares y precipicios; Hoya del Cuco está constituida por torrenteras, y por su parte media atraviesa el arroyo de su nombre, estando cubiertas sus laderas de praderas y montañas.
Casi al límite del agostadero que se está desoribiendo pero dentro del perímetro que comprende el veranil denominado Rincón, existe en su falda el regajo y fuente del Travieso, y ascendiendo desde este punto por la vereda de los Neveros hasta la cumbre y un poco sobre la derecha, se encuentra la fuente de la Goterita en el Calvitero, muy escasa en el manar, pero justamente afamada por sus frigidísimas aguas, estando reputada por ser una de las más frías de la sierra; una de las particularidades que posee este manantial, que conviene consignarse, es que tal vez, motivado a su baja temperatura, no exista vegetación en el reducido trayecto que recorre; desde esta fuente, y siempre trepando sobre la derecha hasta dominar la altura, se encuentra la eminente cima de Barriga Centeno en el Calvitero, que es una de las tres mayores elevaciones de la sierra de Candelario.
Se llama Calvitero toda la eminencia superior de la sierra de referencia; está constituido por una considerable planicie o paramera exenta de vegetación con detritus de rocas; terreno arenisco e ingrato, en cuyos prolongados desiertos reina silencio sepulcral, solamente interrumpido por el penetrante silbido del pastor que carea las ovejas; por el restallido seco y enérgico de la honda del vaquero; por las dulces y melodiosas notas de la zagala que apacenta el rebaño en collados y laderas, y que en sentidas endechas expresa sus pesares o alegrías al compás del metálico cencerro; por el vigoroso y constante ladrido del mastín que persigue a la fiera carnicera; por el raudo vuelo del águila altanera que se remonta a regiones etéreas; por el graznido monótono y estribente del pesado buitre, que agitándose en el aire, husmea el cadáver insepulto y corrompido que proyecta devorar, saciando sus asquerosas necesidades; y por último, turban la majestad y sosiego de aquellas soledades el violento huracán, que iracundo azota las moles graníticas de escalonados riscos.
Rincón.—El agostadero denominado Rincón limita por el Norte con Hoya Mayor; Sur con las Huyuelas; Este con Sierra de Solana, y Oeste con Hojas de Candelario; forman este agostadero dos porciones denominadas Rincón y Pie de la Cruz, que son hermosas praderas, en cada una de las cuales existe majada de ‘pastores; nacen en su demarcación los arroyuelos Rincón, Hornillo y Pie de la Cruz, que, unidos, componen el importante riachuelo de Quemadal y Farilla; su territorio, en general, no es muy escabroso, y su mineralogía, flora y fauna son idénticas a ‘las del agostadero anterior.
Huyuelas.—El agostadero de las Huyuelas limita por el Norte con la porción denomina da Pie de la Cruz, propia del agostadero Rincón; Sur con Hoya Moros; Este sierra de Solana, y Oeste dehesa boyal de Candelario; como su nombre indica, las Huyuelas es una sucesión continuada de pequeñas hoyas, siendo la más considerable por todos conceptos la “Huyuelilla”, que se encuentra limítrofe al Canchal de las Mancobas, y en la cual existe majada de pastores; su terreno es accidentado y escabroso; en este agostero se encuentra el punto más culminante de toda la sierra de Candelario, conocido con ‘la denominación del Trampal
o Ceja del Trampal, que alcanza una altura sobre el nivel del mar superior a 2.400 metros; esta elevada montaña se destaca con arrogancia y majestuosamente sobre todas las que la circundan, conteniendo desde su profunda base en el término de Solana, hasta su cima colosal en el de Candelario, extensos y congelados abismos de nieves perpetuas, cuyos ventisqueros son los de mayor renombre de todo el país, figurando tal vez en primera fila entre los más importantes de España; Sierra Nevada, en la cordillera Penibética, los Pirineos en la Galibérica, Gredos en la Carpeto-vetónica etc., pueden tan solamente igualarse por sábanas de nieve a los inmensos recipientes de hielo y nieves petrificadas que en este agostero abundan; esta dilatada zona de congelados abismos, suministra grandes cantidades de agua a las celebradas y no menos famosas “Lagunas del Trampal”                                       .

  Son las tres “Lagunas del Trampal” magníficos depósitos naturales de forma aproximada a la cuadrilátera, de una profundidad extremada y surtidas por manantiales subterráneos, según las irwestigaciones practicadas hasta el día; la de mayor diámetro e importancia es la que ocupa el lugar inferior; las otras dos vierten sus aguas de una a otra, las que conducidas por un ‘profundísimo y murmurador arroyuelo, quedan depositadas en la mayor; sus aguas purísimas y saludables tienen la transparencia del cristal, y entre sus espumosas y argentinas ondas nadan y juguetean con agilidad pasmosa mirladas de exquisitas truchas que por su excelencia son las más suculentas y finas de la comarca.
Existe también en la sierra de Solana otra célebre laguna que por sus dimensiones se aproxima a la mayor del Trampal, conocida comunmente con el nombre de “Laguna del Duque”, la cual está situada al Este de las anteriores, separada de las tres del Trampal por una escabrosísima barrera de montañas; sus márgenes tapizadas, de verdes y diminutos céspedes, la aprisionan rodeándola de linda pradera, en la cual pastan y abrevan diferentes especies de ganado; la licuación de nieves del ventisquero de Hoya Malillo surte de aguas tan pintoresco lago, así como también los manantiales subterráneos que de su fondo se derivan.
Además de la Huyuelilla y eminencia del Trampal consignaremos, aunque muy a la ligera, el manantial de Venero Frío, que brota en las Brilletas, muy inmediato al límite de este agostadero, y el de Hoya Moros.
Hoya Moros.—El agostadero denominado Hoya Moros limita por el Norte con las Huyuelas, Este y Sur Collado de las Vacas, y Oeste dehesa boyal de Candelario: se compone de las porciones Hoya Moros, Hoya de la Cueva, Hoya del Tiñero, y de los regajos Majadillas y culebrilla; su territorio es escarpadísimo y el más accidentado de toda la sierra; ‘por dicho con cepto es digno de visitarse con preferencia a todos los demás; su reseña, por lo tanto, será extensa, y los pormenores más minuciosos e interesantes.
Hoya Moros, propiamente dicho o sea la hoya de que recibe nombre este agostadero, sorprende y entusiasma por presentarse a la vista un espectáculo grandioso y sublime; las colosales rocas que yacen aglomeradas en completa confusión y desorden en las profundida des de enormes barrancos e inaccesibles abismos, son verídico y elocuente testimonio de los cataclismos y metamorfosis que ha experimentado el globo terráqueo desde su primitiva formación hasta el día; aquellos espacios repletos de peñas, parecen indicar que tal vez sean el resultado del desplome de alguna caverna subterránea de los primitivos tiempos, o desmoronamientos ocasionados por filtraciones continuadas, al verificarse el deshielo de enormes ventisqueros que en remotas épocas ocuparan superiores vertientes en flancos y risqueras de escarpados serruchos dejando al descubierto y socavadas aquellas piirámides graníticas, que, al faltarles el apoyo que les servía de base, se desequilibrarían, derruimbándose estrepitosa mente desde la altura.
Se manifiesta en Hoya Moros el muy escabroso Parral, llamado así por la multitud de canchales que existen acumulados; ala derecha los altísimos y escalonados riscos “Los Hermanitos”, gigantescas masas de granito que, cual soberbios chapiteles, elevan sus petrifica das crestas con arrogancia en el espacio; a la izquierda, y recostada con encantadora molicie sobre la pendiente de anchurosa ladera, descansa la magnífica pradera, entre cuyos diminutos céspedes juguetean rielando aguas purísimas y tersas cual el cristal; el frente le ocupa majes tuosamente el “Torreón”, sobre grandes precipicios, brotando en su base, transparente y cristalino, Cuerpo de Hombre, río que da fomento a las industriosas poblaciones de Candelario y Béjar.
Con candenciosos murmurios, Cuerpo de Hombre se interna en el Parral, desapareciendo entre tanta escabrosidad, aprisionado por aquel túnel subroquizo, para volver a reaparecer y despeñarse rugiendo sobre Hoya de la Cueva.
Es Hoya de la Cueva sitio sumamente poético y pintoresco; forman sus costados grandes pendiente cubiertas de praderas, escobas, toixos y malezas; de frente escabrosidades, don de el río, saltando con furia de peña en peña, se desploma gimiendo, y deshecho en gruesos borbotones de espuma lo recibe una deliciosa pradera, en cuyo centro se aglomeran multitud de rocas peladas; sigue lentamente su curso el río serpenteando perezosamente, y a la terminación de la alfombra herbácea, sus aguas, tersas y tranquilas, parecen formar diminutos lagos, para después deslizarse con extraordinaria rapidez al través de extensas lanchas, formando caprichosas cascadas; bullicioso y juguetón desciende Cuerpo de Hombre por pavimentos roquizos para salvar a saltos las asperezas que separan Hoya de la cueva de Hya del Tiñero, vertiendo su aguas para que fertilicen y rieguen tan encantadora hoya, toda esmaltada de pradera y circunvalada de montañas.
Se llaman Culebrilla y Majadillas dos hermosas praderas; la primera está instalada en un descanso, próxima a la Vereda de los Neveros, que conduce a la Ceja del Trampal, dando vista a Hoya de la Cueva; la segunda es una dilatada pendiente que arranca desde la parte superior de la dehesa boyal de Candelario, prolongándose recta y verticalmente en plano inclinado, deslindando por el Norte con las Huyuelas.
Todo lo que tienen de bellos estos parajes es un claro y hermoso día, tienen de sombríos y amenazadores cuando se desencadena una furiosa tempestad; las nubes, negras y espesas, se aglomeran y pueblan las alturas con increíble rapidez; los pastores conducen sus rebaños a sitios más bajos y abrigados donde guarecerse; el viento silva desencadenado por aquellas estrechas gargantas y angostos desfiladeros, mezclándose con el violento susurrar de las escobas de aquel bajo monte, el bramido del celoso toro que ronda al lado de sus hermosas compañeras; los inocentes corderillos balan sin cesar, siendo contestados por las débiles ovejas; el impetuoso caballo relincha y corre, y en su veloz carrera despide tremendas coces en el aire.
Bien pronto se oye lejana y confuso el tableteo del trueno, que anuncia la proximidad de la tormenta; violentas ráfagas de viento que transportan nubes plomizas electrizadas, se posan sobre las cimas; la tempestad que se acerca arrecia, y el relámpago fulgura deslumbrando con su luz siniestra aquellos solitarios medrosos sitios; la sierra se cubre de un tinte sombrío, y aquellos enormes riscos graníticos, mudos y elocuentes testigos de generaciones pasadas, atemorizan y espantan; el trueno retumba estrepitosamente en profundas concavidades, el rayo ceba su terrible furia contra los inmensos canchales aglomerados sobre la cima de escarpados serruchos; el cielo abre sus cataratas y las nubes se disuelven arrojando sobre la sierra inmensa cantidad de agua, arrastrando con ímpetu a su paso enormes peñascos que se desploman y estrellan sobre pavimentos de roca viva, produciendo un ruido aterrador.
Todo es desorden, pánico y desolación; parece que el Hacedor ha convocado a los Elementos para hacer verídico a los hombres lo insuficientes que son los medios que pueden oponer para librarse de semejante azote; la Naturaleza irritada nos anonada y fascina contemplando tan sublimes e imponentes espectáculos; allí se contempla a Dios, puesto que se admiran sus obras; allí se convence el hombre de que todo lo que existe es perecedero al examinar el duro granito destrozado y deshechos momentáneamente por las descargas eléctricas
que acompañaron a la tormenta
Collado de las Vacas.—El Collado de las Vacas limita por el Norte con Hoya Moros, Sur Hoya del Tejo, Este sierra de Solana y Tornavacas y Oeste Hojas de Candelario; constituyen este agostadero dos porciones o hechos denominados Collado de las Vacas y Ciriñuelo; su territorio es también muy agreste; en su demarcación existe edificado el “Torreón o Castillete del Mapa”, sobre la parte oriental y superior de Hoya Moros, y muy inmediato al renombrado “Tranco del Diablo”, en el límite de las provincias de Salamanca, Avila y Cáceres, pudiendo decirse que si la división territorial de la Edad Media hubiera sido la misma que la existente en la actualidad, éste sería el punto de confluencia y el divisorio de tres reinos, León, Castilla la Vieja y Extremadura; en este hecho se encuentra la otra mayor altura sobre el nivel del mar, que hay en la sierra de Candelario, al sitio de Castillete del Mapa; desde esta eminencia se descubren los más dilatados horizontes, presentándose por el Oriente, y en lontananza, la faja o silueta del Guadarrama; más el Mediodía, y no muy remota, la sierra de Gredos; distinguese por el Oeste los campos extremeños, y por el Norte las llanuras de Castilla.
Muy próximo a este sitio fluyen las primeras aguas del Ciriñuelo, arroyo que tiene su origen en la parte extrema superior del regajo llamado Canalizo, discurriendo por la pradera del Ciriñuelo, a a izquierda y muy cerca de la Covacha de los Clérigos; pertenecen también al mismo agostadero, Hoya del Azadón, Majada de los Corrales de Peromingo y Majada de las Bercedillas, junto a las hojas de Candelario.
Hoya del Tejo.—La Hoya del Tejo limita por el Norte con el Collado de las Vacas, Sur sierra alta de Hervás y con Somera Canchito, Este sierra de Jerte, y Oeste Hojas y Praderas de Candelario; forman este agostadero los veraniles, Hoya del Tejo y Solanillo; los sitios que merecen particular mención se determinan con los nombres de Arroyo del Solanillo, que nace en Majareina y Majada de la Reina, próximo a la Fuente de los Perros, e inmediato al límite de la sierra de Jerte, el cual, unido al Arroyo del Ciriñuelo, en el sitio llamado Valezano, forman un riachuelo designado con este último nombre, el cual al penetrar en jurisdicción de Hervás, es sustituido por el Santi-Hervás; merecen especial mención por su importancia, la Pradera del Solanillo, la de Regajo Llano, Collado del Arenal, Majada de la Reina, Hoya del Tejo, Hoya del Novillo y Majada del Forquito u Horquito; el perímetro que comprende este veranil es también muy accidentado y escabroso.
Somera Canchito- Somera Canchito limita por el Norte con la Hoya del Tejo y Hojas de Candelario, Este y Sur sierra de Hervás, y Oeste praderas particulares de candelario; este agostadero es el más meridional y menos elevado de toda la sierra; está constituido por las parcelas Somera y Canchito; la primera ocupa un descanso o llanura cuibierta de céspedes, en la cual brota su magnífica fuente; la segunda o sea el Canchito, es también una pradera situada en la parte inferior de la Somera; pertenecen además a este agostadero las praderas o regajos Cerrojo, Paco la Santa, Gervunal y arroyo de las Vegambres o Vedegambres, que está situado junto a a fuente y arroyo del Toril; su terreno es menos accidentado y escabroso que el de todos los demás agostaderos de la sierra; sus pastos más exquisitos, exuculentos y abundantes, y en sus laderas o faldas crecen en mayor cantidad y se desarrollan con más exuberancia y lozanía, gran parte de los vegetales que constituyen la botánica de tan corpulenta montaña.
Además del núcleo montañoso descripto con la denominación de sierra de Candelario, existen otras dos cordilleras de menor importancia, las que no obstante estar separadas por la dilatada y anchurosa pradera de Navamuño y río Cuerpo de Hombre, pueden conceptuarse, y efectivamente que lo son, como verdaderas ramificaciones de La misma montaña, puesto que se encuentran paralelas a ésta, y su fauna, flora, mineralogía e hidrología, son casi idénticas a las de la sierra alta, matriz de donde proceden; se conocen estas dos ramificaciones con los nombres Muela y Peñanegra del Coto.
MueIa.—La Muela está separada de la sierra alta por la extensa y magnífica pradera de Navamuño, que se interpone separándolas; es la cordillera central del sistema orográfico candelariense; arranca esta prolongada ramificación en Puente Nueva, dirigiéndose de Norte a Sur, elevándose gradualmente a medida que avanza contra la corriente del río Cuerpo de Hombre, cuyo lecho o ribera constituye su parte oriental, hasta que encuentra la excelente pradera de Navamuño, avanzando por ella en dirección Sur, hasta llegar al puerto de este último nombre; desde este punto cambia de itinerario, dirigiéndose de Sur a Oeste, constituyendo una cadena de montañas, cuya ramificación forma en parte el fértil Valle de la Garganta; por el Occidente deslinda el Arroyo de los Molinillos, que tiene su origen en el Agua Dulce y Fuente Santa, cruzando y separando por el centro la Cañada o Cordel de las Merinas; sus puestos más encumbrados son los de Navamuño, Muela y Marrada.
Peña Negra del Coto.—La Cañada o Cordel de las Merinas, juntamente con el Arroyo de los Molinillos, separan esta importante ramificación de la que se acaba de describir; esta corpulenta y dilatada zona de montes se difurca en dos ramificaciones en el sitio del Puerto de la Cruz; una se dirige hacia el Sur, hasta encontrar el Puerto de la Fuente Santa, cambiando de dirección desde este sitio para encaminarse al Oeste, formando la parte opuesta o montaña que constituye el Valle de la Garganta; la otra su dirección es de Sur a Oeste, constituyendo a su paso los elevados picos de Peñanegra y Puerto de Arrebatacapas, ostentando en su base las floridas campiñas del Coto, vestidas de exuberante vegetación, cubriendo sus faldas copudos y frondosos castaños y risueñas y verdes praderas; al Este brotan los arroyos Vaquerizas, Navilla, Güesa, Helechosa y Palomas, que discurren por diferentes predios hasta incorporarse al río Cuerpo de Hombre.
Este es el sistema orográfico o montañoso que cruza en diferentes direcciones el término jurisdiccional de la pintoresca villa de Candelario, la que por más de un concepto debiera denominarse la Suiza castellana.
Sólo me resta para terminar pedir mil perdones al lector benévolo que, tal vez faltando a sus ocupaciones ha tenido la paciencia necesaria para leer este mal perjenado trabajo, humildísimo fruto de mi pobre inteligencia.

AGRICULTURA TRADICIONAL

AGRICULTURA TRADICIONAL Comienza a desaparecer el prejuicio de que la declaración de determinados parajes naturales impide la actividad agroganadera. la generación de empleo es notable PROTEGER LA FLORA Y LA FAUNA, UN BENEFICIO SOCIAL Con la declaración de un Espacio Natural Protegido se establecerá una serie de ayudas técnicas, económicas y financieras en las Zonas de Influencia Socioeconómica, principalmente por parte de la Junta de Castilla y León, pero también a cargo del Estado y de la Unión Europea. Entre ellas, figuran la posibilidad de crear infraestructuras y lograr unos niveles de servicios y equipamientos adecuados, mejorar las actividades tradicionales y fomentar otras compatibles con el mantenimiento de los valores ambientales, fomentar la integración de los habitantes en las actividades generadas por la protección y gestión del espacio natural, rehabilitar la vivienda rural y conservar el patrimonio arquitectónico, estimular las iniciativas culturales, científicas, pedagógicas y recreativas; compensar suficientemente las limitaciones establecidas y posibilitar el desarrollo socioeconómico de la población afectada. Sirva como ejemplo la Orden de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación de del Territorio por la que se convocan ayudas para obras de adecuación al entorno rural y de dotación de servicios para el uso público en los espacios naturales protegidos. Con ello se pretende, se pretende fomentar la integración de los habitantes en las actividades generadas por la protección y gestión del espacio natural y rehabilitar la vivienda rural, así como conservar el patrimonio arquitectónico PATRIMONIO Y TURISMO La declaración de un espacio natural protegido implica, asimismo la defensa integral y vigilancia del patrimonio histórico-artístico de la zona. De hecho, entre las directrices y objetivos de todo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales se encuentra el deber por parte de la Administración, de velar por la arqueología, la historia, la cultura y el arte, colaborando en su mantenimiento, desarrollo y recuperación. para ello, se promocionará el acondicionamiento de los núcleos urbanos y las actividades de potencialidad turística compatibles con la conservación del medio natural, se procurará la dispersión de la oferta de establecimientos de restauración, se facilitará la utilización de las casas de labranza como albergues rurales orientados hacia el turismo verde y se incluirá en la zona dentro de campañas de promoción institucionales. AGRICULTURA Y GANADERÍA La declaración de un espacio protegido conlleva una ordenación de recursos agrícolas para buscar su mayor rentabilidad en equilibrio con el resto de los recursos del Espacio. Se perseguirá la potenciación de la agricultura tradicional, de modo compatible con la conservación; se potenciarán y canalizarán las ayudas establecidas por las instituciones, se facilitará el desarrollo de la agroindustria y el control de la calidad de los productos resultantes, de modo que reviertan sus beneficios en el incremento del nivel de vida de los habitantes de la zona ,se promoverá el desarrollo de las industrias de transformación de los productos tradicionales. En cuanto a los aprovechamientos ganaderos, no solo se permitirán, sino que se fomentarán, buscando en todo momento su adecuación a las condiciones naturales y asegurando su permanencia en el tiempo. También se realizarán programas de sanidad, selección y manejo con el fin de mejorar la producción de las explotaciones. Por último, se favorecerá la cría de razas de ganado autóctonas adaptadas al espacio protegido en cuestión .