CARTA ABIERTA de Tomás Aguilera

Quisiera solidarizarme con Santos Hinojal López, vecino de Candelario, y lamentar no haber podido, como concejal, defender su derecho a manifestarse libremente. Tuve que abandonar el salón de plenos una vez acabado, pues durante toda la sesión, y cada vez que intervenía soporté insultos y descalificaciones por parte de representantes de TURISCAN y empleados de la empresa que gestiona la “Covatilla”, temiendo por mi integridad física, y viendo que la Presidenta del Pleno no controlaba la situación. Muestra de esto es que un conocido empresario de Candelario con una absoluta falta de respeto, mantuvo encendido un aparato de radio sin que, en ningún momento se le llamara la atención.

El pecado que he cometido es defender el programa con el que I.U. se presentó en las municipales en cuyo primer punto decía: “Será para nosotros prioritaria la declaración del Parque Natural “.

Cada vez es mas clara la simbiosis entre la empresa que gestiona la Covatilla con TURISCAN y la oposición al Parque Natural. Es conocida la presencia de trabajadores de esta empresa en las actividades contra el Parque,formando parte, uno de ellos, de la directiva de TURISCAN.

La presión y coacción al pleno, no fue fortuita, el día 1 de diciembre de 2006 acababa el plazo de alegaciones contra la ampliación de La Covatilla, y parece ser que temián que se presentara una moción como la APROBADA POR UNANIMIDAD el pasado mes de Junio, pues el orden del día era de puro trámite y de escaso interés para el público.

Estoy soportando presiones de todo tipo contra mi persona y mi negocio, por el mero hecho de defender mi programa electoral, creer en el desarrollo sostenible de la zona y oponerme a incongruencias como que las entidades públicas financien balsas de 20.000 m3 de agua para fabricar nieve, mientras hay pueblos que en verano se abastecen con cisternas; que financien infraestructuras para tres meses, mientras nuestro Hospital es cada día mas precario, el nuevo instituto es insuficiente y las carreteras comarcales “incomunican” nuestros pueblos.

Son proyectos insostenibles y deficitarios que solo benefician y encubren a la especulación inmobiliaria con la complicidad mediática, mientras que el obrero que los defienda, solo recoge las migajas del empleo precario e inestable

Firmado: Tomás Aguilera Cano